La moda que se acomoda al futuroEn la película de terror británica "In Fabric" (2018), la protagonista principal intenta devolver el vestido embrujado que compró en un gran almacén de prestigio, con un gran descuento además. Al enterarse de ello, el propietario, quien parecer ser un gran brujo, intenta disuadirla. Este lugar, dicho sea de paso, es la cubierta moderna de un antiguo aquelarre. El sujeto dice:"El propósito de esta venta de temporada, es depurar [las existencias]. Devolver lo que ya vendió la boutique de moda femenina de la tienda departamental Dentley & Soper's VA EN CONTRA DE LA NATURALEZA DE LAS COSAS"En la vida real, el gran cementerio de ropa del desierto de Atacama, en Chile, que fue tendencia en redes sociales a fines de enero, es un depósito de 59,000 toneladas en prendas que se depositan cada año en ese lugar provenientes de EEUU, Europa y Asia, de las cuales cerca de 40.000 toneladas nunca se utilizaron; pasaron directo de la fábrica a la tienda y al polvo del desierto. Un verdadero crimen del capitalismo rapaz, teniendo en cuenta que las marcas de moda rápida (fast fashion, prendas de diseñador de bajo costo con vida útil efímera) son responsables de la explotación de miles de obreros en el mundo para abastecerse.En el terreno de la ficción, admiro el trabajo del diseñador británico Sir Hardy Amies, responsable del vestuario para "2001: A Space Odyssey" (1968) de Stanley Kubrick. Por supuesto también el de Michael Kaplan y Charles Knode, quienes diseñaron la moda callejera en "Bladerunner" (1983), inspirados en conceptos de Syd Mead. Kaplan haría carrera en el cine de la mano de directores muy importantes, como David Fincher y JJ Abrams; con este último, trabajó como el diseñador oficial de la franquicia de "Star Wars" en las últimas secuelas. Ninguna las películas mencionadas aborda ni por asomo el futuro de la confección de las prendas que usan los personajes, por supuesto, tampoco están hechas para eso.Documentales como "The Machinists" (2013), "The True Cost" (2015) o "RiverBlue" (2017) dan cuenta del terrible costo humano y ambiental de la fast fashion, aunque a la fecha todo indica que no han conseguido el impacto necesario en la gente para aliviar sus ansias de consumo. El que más me ha llamado la atención por su temática es "The Next Black: A Film About The Future of Clothing" (2014), en el que se describen los esfuerzos de algunos diseñadores que trabajan para estrellas de la farándula y grandes marcas para crear moda lenta y sustentable, gente "que quiere transformar la ciencia ficción en hechos científicos" según lo describe una de las entrevistadas. De hecho el término ciencia ficción se repite varias veces a lo largo del documental. Materiales biodegradables, ropa inteligente...sin duda es interesante e informativo, pero a ocho años de distancia luce como una manera de lavar la conciencia de las grandes empresas.Podría equivocarme, pero me parece que la industria del vestido en si misma es un tema que poco o nada se ha tocado dentro de la ciencia ficción en particular. Podemos hablar de tecnologías para producirlas (¿conocen las gasas hechas con la fermentación de bacterias?), el aspecto que tendrán o las funciones especiales que puedan tener (me acordé de los trajes para reciclar el sudor en "Duna", ahora que está en boca de todos), pero el costo real que implica tenerlas pasa desapercibido.A esto también le podemos añadir el robo de ideas por parte de las grandes marcas, tanto a pueblos originarios como a personas que venden sus diseños propios por redes sociales (incluyo un artículo que encontré al respecto en las recomendaciones).La ropa es también tecnología y tiene efecto en el ambiente. ¿Cuál es el futuro de las prendas de vestir como las conocemos? Hay un gran cementerio de textiles procesados en el desierto de Sudamérica que nos recuerda lo lejos que estamos de concebirlo. Como en "In Fabric", la moda tiene un gran embrujo sobre el mundo.Que tengan un excelente fin de semana.PDEl miércoles pasado se cumplió un año desde la primera entrega de este newsletter. Ya tiene más de 200 suscriptores, así que estoy muy emocionado. Les agradezco mucho acompañarme. Va un gran abrazo, deseando que todo vaya bien por sus casas.
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¡Cyberpunk a tope! - Publicación #40
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La moda que se acomoda al futuroEn la película de terror británica "In Fabric" (2018), la protagonista principal intenta devolver el vestido embrujado que compró en un gran almacén de prestigio, con un gran descuento además. Al enterarse de ello, el propietario, quien parecer ser un gran brujo, intenta disuadirla. Este lugar, dicho sea de paso, es la cubierta moderna de un antiguo aquelarre. El sujeto dice:"El propósito de esta venta de temporada, es depurar [las existencias]. Devolver lo que ya vendió la boutique de moda femenina de la tienda departamental Dentley & Soper's VA EN CONTRA DE LA NATURALEZA DE LAS COSAS"En la vida real, el gran cementerio de ropa del desierto de Atacama, en Chile, que fue tendencia en redes sociales a fines de enero, es un depósito de 59,000 toneladas en prendas que se depositan cada año en ese lugar provenientes de EEUU, Europa y Asia, de las cuales cerca de 40.000 toneladas nunca se utilizaron; pasaron directo de la fábrica a la tienda y al polvo del desierto. Un verdadero crimen del capitalismo rapaz, teniendo en cuenta que las marcas de moda rápida (fast fashion, prendas de diseñador de bajo costo con vida útil efímera) son responsables de la explotación de miles de obreros en el mundo para abastecerse.En el terreno de la ficción, admiro el trabajo del diseñador británico Sir Hardy Amies, responsable del vestuario para "2001: A Space Odyssey" (1968) de Stanley Kubrick. Por supuesto también el de Michael Kaplan y Charles Knode, quienes diseñaron la moda callejera en "Bladerunner" (1983), inspirados en conceptos de Syd Mead. Kaplan haría carrera en el cine de la mano de directores muy importantes, como David Fincher y JJ Abrams; con este último, trabajó como el diseñador oficial de la franquicia de "Star Wars" en las últimas secuelas. Ninguna las películas mencionadas aborda ni por asomo el futuro de la confección de las prendas que usan los personajes, por supuesto, tampoco están hechas para eso.Documentales como "The Machinists" (2013), "The True Cost" (2015) o "RiverBlue" (2017) dan cuenta del terrible costo humano y ambiental de la fast fashion, aunque a la fecha todo indica que no han conseguido el impacto necesario en la gente para aliviar sus ansias de consumo. El que más me ha llamado la atención por su temática es "The Next Black: A Film About The Future of Clothing" (2014), en el que se describen los esfuerzos de algunos diseñadores que trabajan para estrellas de la farándula y grandes marcas para crear moda lenta y sustentable, gente "que quiere transformar la ciencia ficción en hechos científicos" según lo describe una de las entrevistadas. De hecho el término ciencia ficción se repite varias veces a lo largo del documental. Materiales biodegradables, ropa inteligente...sin duda es interesante e informativo, pero a ocho años de distancia luce como una manera de lavar la conciencia de las grandes empresas.Podría equivocarme, pero me parece que la industria del vestido en si misma es un tema que poco o nada se ha tocado dentro de la ciencia ficción en particular. Podemos hablar de tecnologías para producirlas (¿conocen las gasas hechas con la fermentación de bacterias?), el aspecto que tendrán o las funciones especiales que puedan tener (me acordé de los trajes para reciclar el sudor en "Duna", ahora que está en boca de todos), pero el costo real que implica tenerlas pasa desapercibido.A esto también le podemos añadir el robo de ideas por parte de las grandes marcas, tanto a pueblos originarios como a personas que venden sus diseños propios por redes sociales (incluyo un artículo que encontré al respecto en las recomendaciones).La ropa es también tecnología y tiene efecto en el ambiente. ¿Cuál es el futuro de las prendas de vestir como las conocemos? Hay un gran cementerio de textiles procesados en el desierto de Sudamérica que nos recuerda lo lejos que estamos de concebirlo. Como en "In Fabric", la moda tiene un gran embrujo sobre el mundo.Que tengan un excelente fin de semana.PDEl miércoles pasado se cumplió un año desde la primera entrega de este newsletter. Ya tiene más de 200 suscriptores, así que estoy muy emocionado. Les agradezco mucho acompañarme. Va un gran abrazo, deseando que todo vaya bien por sus casas.